Historia de la infancia
La historia
de la infancia ha sido un tema de interés en historia social desde la
publicación en 1960 del influyente libro Centuries of Childhood,
escrito por el historiador francés Philippe
Ariès. Él argumentaba que la “infancia” es un concepto creado por la
sociedad moderna. Aries estudió pinturas, lápidas, muebles, e historiales
escolares y descubrió que antes del siglo 17 los niños eran representados como
pequeños adultos.
Otros estudiosos han enfatizado que ni en la Edad Media
ni en la temprana Edad Moderna el cuidado de los niños era
indiferente, negligente, o brutal. Haciendo hincapié en la pobreza
preindustrial y la alta mortalidad infantil (con un tercio o más de los
bebés muriendo), las prácticas para el cuidado de los niños representaban el
comportamiento adecuado en estas circunstancias. Aries señala un extenso
cuidado paternal durante la enfermedad, un dolor por la muerte de los niños,
sacrificios por parte de los padres para maximizar el bienestar infantil, y un
gran culto a la infancia en las prácticas religiosas.
Preindustrial
y medieval
Los historiadores habían asumido que las familias
tradicionales en la era preindustrial
involucraban a la familia extensa, con abuelos, padres, hijos y
quizá otros familiares viviendo todos juntos y liderados por un patriarca
anciano. Hubo ejemplos de esto en los Balcanes
– y en familias aristócratas. Sin embargo, el típico modelo en la Europa
Occidental era la sencilla familia nuclear con el marido, esposa y sus hijos (y
quizá un sirviente, que podría ser un pariente). Los niños eran enviados
habitualmente como sirvientes para ayudar a los parientes que lo necesitasen.[]
En la Europa medieval hubo un modelo de las distintas
etapas de la vida, el cual marcaba cuando comenzaba la infancia y cuando
terminaba. Un nuevo bebé era un evento notable. Los nobles comenzaban
inmediatamente a pensar en un matrimonio que beneficiase a la familia. Los
cumpleaños no eran grandes eventos ya que los niños celebraban el día del santo
por el cual eran nombrados. Las leyes eclesiásticas y anglosajonas consideraban
a los niños iguales a los adultos para algunos propósitos, y distintos para
otros.
La educación en el sentido de formación era la función
exclusiva de las familias para la mayoría de los niños hasta el siglo 19. En la
Edad Media,
con el fin de producir sacerdotes, las principales catedrales contaban con
programas educativos destinados a un número reducido de adolescentes. Las universidades
empezaron a aparecer para formar médicos, abogados, funcionarios y, mayormente,
sacerdotes. Las primeras universidades aparecieron alrededor del año 1100; - la
Universidad de Bolonia en 1088, la Universidad de París en 1150 y la de Universidad
de Oxford en 1167. Los estudiantes ingresaban cuando tenían tan sólo
13 años y se quedaban durante 6 o 12 años.
Temprana edad moderna
En la Inglaterra de la época isabelina, la transmisión de las normas
sociales era un tema familiar y a los niños se les enseñaba cómo comportarse y
a respetar a los demás.Algunos chicos acudían a la grammar
school, normalmente con el sacerdote local como profesor.
Durante el siglo 17, un cambio en las actitudes
filosóficas y sociales hacia los niños y la noción de “infancia” comenzó en
Europa. Los adultos veían cada vez más a los niños como seres aislados,
inocentes y necesitados de la protección y la formación de los adultos a su
alrededor. El filósofo inglés John Locke era particularmente influyente al definir
esta nueva actitud hacia los niños, especialmente con respecto a su teoría de
la tabula rasa, promulgada en su Ensayo sobre el entendimiento humano
publicado en 1690. En la filosofía de Locke, tabula rasa
era la teoría de que la mente (humana) es una “pizarra en blanco” al nacer, sin
reglas para procesar datos, y esos datos son añadidos y las reglas para el
proceso son formadas exclusivamente por las propias experiencias sensoriales.
Un corolario de esta doctrina era que la mente del niño nacía en blanco, y que
era deber de los padres imbuir al niño con las nociones correctas. El mismo
Locke enfatizó la importancia de proveer al niño con “libros agradables” para
desarrollar sus mentes en lugar de usar la fuerza para imponerlas; “los niños
pueden ser engañados para aprender las letras; aprender a leer, sin percibirlo
como algo más que un deporte, y jugar ellos mismos a algo para lo que los demás
son azotados.”
Durante el período temprano del capitalismo,
el aumento de una clase media grande y comercial, principalmente en los países
protestantes de Holanda e Inglaterra, trajo consigo una nueva ideología
familiar centrada en la educación de los niños. El puritanismo
recalcaba la importancia de la salvación individual y la preocupación por el
bienestar espiritual de los niños. Se reconoció ampliamente que los niños
poseían sus propios derechos para su bienestar. Esto incluía los derechos de
los niños pobres al sustento, membresía en una comunidad, educación y formación
laboral. La Ley para el
Socorro de los Pobres en la Inglaterra isabelina dio la
responsabilidad a cada parroquia de cuidar a todos los niños pobres del área.[}
Era de la Ilustración
The Age of Innocence c.1785/8. Reynolds
enfatizaba la gracia natural de los niños en sus pinturas-La noción moderna de
la infancia con su propia autonomía y metas comenzó a emerger durante la Ilustración
y el período romántico que la siguió. Jean Jacques Rousseau formuló la actitud
romántica hacia los niños en su famosa novela del 1762 Emilio, o De la educación. Basándose en
las ideas de John Locke y otros pensadores del siglo 17, Rousseau describió la
infancia como un corto período de santidad antes de que la gente se encuentre
con los peligros y las dificultades de la edad adulta. “¿Por qué robar a estas
inocentes criaturas de las alegrías que pasan tan deprisa?,” declaró Rousseau.
“¿Por qué llenar con amargura los fugaces días de la infancia, días que no
regresarán ni para ellos ni para usted?”
Estas nuevas actitudes pueden discernirse a partir del
dramático incremento de las representaciones artísticas de los niños de la
época. En lugar de representar a los niños como pequeñas versiones de los
adultos llevando a cabo tareas típicamente “adultas”, eran incrementalmente
mostrados como física y emocionalmente diferentes y eran habitualmente usados
como una alegoría de la inocencia. Los extensos retratos de niños de Sir Joshua
Reynolds demostraban claramente las nuevas actitudes ilustradas
hacia los niños pequeños. Su cuadro de 1788 La Edad de la Inocencia,
enfatiza la inocencia y la gracia natural de la niña que posa y pronto se
convirtió en uno de los favoritos del público.
Durante este período, la educación de los niños se hizo
más común e institucionalizada, con el fin de proveer a la iglesia y al estado
con funcionarios para servir como sus futuros administradores. Escuelas
pequeñas locales donde los niños aprendían a leer y a escribir fueron
establecidas por filántropos, mientras los niños y niñas de las élites nobles y
burguesas recibían educaciones diferentes en las grammar schools y
universidades.
Los derechos de los niños bajo la ley
Con el inicio de la industrialización en Inglaterra, una
creciente división entre el idealismo romántico para con la infancia y la
realidad del aumento de la explotación infantil en la zona laboral, se hizo
cada vez más aparente. Aunque el trabajo infantil era común en la época
preindustrial, generalmente los niños solían ayudar a sus padres con el cultivo
o los oficios artesanales. A finales del siglo 18, sin embargo, los niños eran
empleados especialmente en las fábricas y minas como limpiachimeneas,
habitualmente trabajando largas horas en trabajos peligrosos por un salario
bajo. En Inglaterra y Escocia en 1788, dos tercios de los trabajadores en 143
fábricas de algodón de accionamiento hidráulico fueron descritos como niños. En
la Gran Bretaña del siglo 19, un tercio de las familias pobres carecían de
alguien que ganase el pan, como resultado de muerte o abandono, obligando a
muchos niños a trabajar desde una temprana edad.
A medida que avanzaba el siglo, la contradicción entre
las condiciones en el terreno para los niños pobres y la noción que la clase
media tenía sobre la infancia, considerada un tiempo de inocencia, resultó en
las primeras campañas por la imposición de protección legal para los niños. Los
reformistas atacaron a la explotación infantil a partir de los años 1830,
reafirmados por las horribles descripciones que hizo Charles
Dickens sobre la vida callejera de Londres. La campaña que llevó a
la Acta deFábricas fue encabezada por ricos
filántropos de la era, especialmente Lord
Shaftesbury, quien introdujo proyectos de ley en el Parlamento para
mitigar la explotación de los niños en el lugar de trabajo. En 1833 introdujo
el Acta de Diez Horas de Trabajo en el derecho anglosajón, la cual establecía que los
niños que trabajasen en la industria del algodón y la lana debían tener 9 años
o más; ninguna persona por debajo de los 18 años debía trabajar más de diez
horas al día u ocho horas los sábados; y nadie por debajo de los 25 años tenía
permitido trabajar por las noches. Las intervenciones legales a través del
siglo aumentaron la protección de los niños, a pesar de la prevalencia de la
actitud laissez-faire victoriana para con la intervención gubernamental. En
1856, la ley permitía el trabajo infantil a partir de los 9 años durante 60
horas a la semana. En 1901, la edad laboral permisible para el trabajo infantil
se elevó a los 12 años.
Infancia moderna
La actitud moderna hacia los niños emergió a finales del
siglo 19; las clases altas y medias victorianas enfatizaron el rol de la
familia y la inviolabilidad del niño, - una actitud que desde entonces ha
permanecido dominante en las sociedades occidentales. Esto puede verse en la
emergencia de la literatura infantil como nuevo género
literario. En lugar de la naturaleza didáctita de los libros infantiles de
períodos anteriores, los autores empezaron a escribir cómicos libros orientados
a los niños, más ajustados a la imaginación infantil. Tom Brown's School Days
de Tomas Hughes apareció en
1857, y es considerado como el libro fundador del género escolar. Alicia en el País de las Maravillas
de Lewis Carroll,
publicado en 1865 en Inglaterra, señaló el cambio del estilo de escritura para
niños hacia uno más imaginativo y enérgico. Considerada como la primera “obra
maestra inglesa escrita para niños” y como el libro que estableció el
desarrollo de la literatura fantástica, su publicación comenzó la “Primera Edad
de Oro” de la literatura infantil en Gran Bretaña y Europa, lo cual continuó
hasta los inicios de los años 1900.
La última mitad del siglo también vio la introducción de
la educación estatal obligatoria en Europa, lo cual eliminó decisivamente a los
niños de la zona de trabajo para situarlos en las escuelas. Los métodos
modernos de enseñanza pública, con escuelas financiadas con impuestos,
asistencia obligatoria y profesores formados, emergieron en primer lugar en Prusia
a principios del siglo 19, y fueron adoptados por Inglaterra, los Estados
Unidos, Francia y otros países modernos en el año 1900.
La economía de mercado del siglo 19 permitió el
concepto de infancia como un período de diversión y felicidad. Las muñecas y
las casas de muñecas hicieron las delicias de las niñas mientras los niños
jugaban a deportes organizados y a otras actividad. Los Boy Scouts fueron fundados por Sir Robert Baden-Powell en 1908, lo cual
proporcionó a los niños jóvenes actividades al aire libre con el objetivo de
desarrollar el carácter, la ciudadanía y las cualidades físicas.
La naturaleza de la infancia en el Viejo Oeste
está disputada. Un grupo de intelectuales, siguiendo el ejemplo de las
escritoras Willa Cather y Laura Ingalls Wilder, argumentan que el
entorno rural era sano. Los historiadores Katherine Harris y Elliott West[ escriben que la
educación rural permitía a los niños liberarse de las jerarquías urbanas de
edad y sexo, promoviendo la interdependencia familiar y finalmente dando lugar
a niños autosuficientes, movibles, adaptables, responsables, independientes y
más en contacto con la naturaleza que los niños de ciudad o del Este. Por otra
parte, las historiadoras Elizabeth Hampsten y Lillian Schlissel ofrecen un sombrío retrato
de la soledad, miseria, abuso, y trabajo físico forzado que se sufría a partir
de una corta edad. Riney-Kehrberg se sitúa en el medio.
Mundo no occidental
El concepto moderno de infancia fue copiado por
sociedades no occidentales a medida que se iban modernizando. En la vanguardia
se hallaba Japón,
que comenzó activamente a relacionarse con Occidente a partir de 1860. Los
líderes de la era Meiji
decidieron que el estado-nación tenía el rol principal con respecto a la
movilización de individuos – y niños – para servir del estado. El colegio de
estilo occidental fue introducido como el agente para llegar a esa meta. En los
años 1890, las escuelas ya estaban generando nuevas sensibilidades con respecto
a la infancia. A la llegada del siglo 20, Japón contaba con numerosos
reformadores, expertos en niños, editores de revistas y madres bien educadas
que adoptarían estas nuevas actitudes.
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